Infinita luz roja
Yo miraba hacia delante y veía cruzarse una infinita luz roja que partía el horizonte. Pero seguí, firme, con las piernas cada vez más ágiles y con la cabeza alta. Tenía que escapar de esa pesadilla. Yo y mis quince amigos.
Él me dijo en el hospital que también la vio. A la luz roja. Me dijo que era una mira láser. Y que, en un momento, la observó dibujada en mi nuca. Después me vio caer. Él no sabe que lo escucho y yo no sé si podré decírselo.
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