El día que Miramar se despertó

 

Estuve horas produciéndome, quería estar distinta para esta noche. Mientas charlábamos en el pub, fantaseamos cómo sería esta salida tan especial para todas y quiénes estarían. Tomamos algo y después fuimos a bailar, como siempre.

  Cuando entré, me di cuenta de que con mi ex estaba todo terminado: él ya no estaba solo. Quizá quise darle celos, tal vez busqué a alguien que me escuche y por eso decidí no volver con las chicas a casa sino con él que, creí que por ser mayor, podía darme consejos y acompañarme.

  El camino hacia mi casa fue eterno, parecía que nunca iba a llegar. Me veía en carteles, en la tele, en los diarios, pero yo seguía caminando. Cada vez más gente caminaba conmigo, pero no me veían.

  Desperté y supe que no estaba en mi mundo, cuando aquel fiel amigo del hombre llegó hasta mí. Recién ahí recordé las vejaciones y vi sus caras.

  Nunca el culpable es una sola persona, siempre hay más alrededor que ayudan para mantener el hermetismo que esta vez lograron durante poco tiempo.

  No sé qué hubiera pasado conmigo si volvía a casa con las chicas, pero sé qué hubiera pasado con los demás casos en los que mi padre colaboró.