Los encantos de la muerte
El tema ya estaba instalado. Había sido tapa de diarios y
ocupado varios minutos en la tele. Pero de eso, cuando arrancamos con el asado en el club,
casi no hablamos. Nuestra pasión va por otro lado. El tiempo pasaba y no tenía ganas de irme. Nos quedamos los
cuatro solos.
Yo estaba desesperado por una cerveza bien fría. La
temperatura había llegado a un nivel impensado. Nada calmaba el calor y cada
vez bebíamos más. Me quedé en cuero, pero ni eso me aliviaba. Después, fui por
algo más frío. Hasta que me topé con ella.
No resistí a sus encantos. Me saqué las zapatillas y el
pantalón. Y fui a buscarla. Atravesé todo lo que pude. Y llegué. Ella se
convirtió en la muerte. Y me arrojó a lo más profundo. Cuando me vinieron a
buscar, ya era tarde.
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